EN EL NOMBRE DE DIOS, EL MÁS MISERICORDIOSO, EL DISPENSADOR DE GRACIA:
(1) ¡OH TÚ, el arropado!
(2) Mantente despierto [en oración] por la noche, salvo una pequeña parte
(3) de la mitad de ella –o algo menos,
(4) o añade algo más [a voluntad]; y [durante ese tiempo] recita el Qur’án pausada y claramente, con tu mente atenta a su significado.
(5) Ciertamente, hemos de encomendarte un mensaje de gran peso
–(6) [y,] en verdad, las horas de la noche dejan mayor impronta en la mente y hablan con voz más clara,
(7) mientras que de día tus ocupaciones son muchas.
(8) Pero [tanto de noche como de día,] recuerda el nombre de tu Sustentador, y conságrate a Él con total devoción.
(9) El Sustentador del este y del oeste: no hay más deidad que Él: atribúyele, pues, sólo a Él el poder de determinar tu destino,
(10) y soporta con paciencia lo que digan [contra ti], y aléjate de ellos con un alejamiento discreto.
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